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Los problemas más comunes durante la lactancia y cómo solucionarlos

Sin duda, uno de los procesos que genera más problemas durante el postparto es el establecimiento de la lactancia materna. En este post queremos hablarte de los problemas más frecuentes durante la lactancia y algunas de sus soluciones.

Antiguamente las mujeres vivíamos en comunidades más reducidas y con unas relaciones más estrechas con otras mujeres, ya fueran de la familia, vecinas u otras conocidas que habían sido madres experimentadas y que nos ayudaban durante todo el proceso del parto y postparto. Actualmente hay un estrecho seguimiento por parte del personal sanitario en todo el preparto y parto, pero en el postparto, las mamás primerizas nos tenemos que enfrentar solas a muchas circunstancias nuevas para nosotras que en ocasiones nos generan ansiedad e inseguridad.  

Sin duda, uno de los procesos que genera más problemas durante el postparto es el establecimiento de la lactancia materna. En este post queremos hablarte de los problemas más frecuentes durante la lactancia y algunas de sus soluciones. 

Los pezones doloridos o agrietados

Al principio de la lactancia es habitual que se produzca dolor en los pezones y estos lleguen a agrietarse. La piel aún es muy sensible y necesita tiempo para adaptarse a este cambio. Es importante, sobre todo durante los primeros días, prevenir la aparición de grietas utilizando cremas de lanolina hasta que la piel del pezón se refuerce. 

Cuando los pezones duelan más de lo normal se puede deber a una mala posición y/o agarre del bebé al pecho. Asegúrate de que el bebé coge con su boca no solamente el pezón, sino también parte de la areola. Le puedes ayudar pinzando el pezón entre el dedo índice y corazón e introduciéndolo en su boca de tal forma que el pezón toque su paladar. Si no lo hace correctamente o el dolor no mejora, es mejor que consultes con un profesional de la salud o una asesora de lactancia cuanto antes, que valorarán el frenillo del bebé y te darán técnicas para mejorar el agarre. También puede ayudarte el uso de pezoneras, pero es mejor que te asesore una experta en lactancia materna. 

Insuficiente leche materna

A las madres primerizas suele preocuparles que su bebé no reciba suficiente leche. Habitualmente la producción de leche se regula sola, pero para asegurarte de que tu bebé se alimenta adecuadamente, ofrece al bebé ambos pechos en cada toma y alterna el seno con el que comienzas. Esto ayudará a estimular el suministro de leche. También puedes utilizar un sacaleches para estimular la producción. Es importante controlar que el bebé moja el pañal con la frecuencia adecuada y que coge el peso esperado. 

Congestión mamaria

La congestión mamaria se da cuando los pechos se llenan demasiado de leche. Puede que los sientas duros, tensos y con dolor.

La congestión puede ocurrir en los primeros días tras el parto, cuando tanto el bebé como tú todavía os estáis acostumbrando a la lactancia. En principio no es preocupante, ya que pueden pasar algunos días hasta que tu producción de leche se adapte a las necesidades del bebé.

La congestión también puede ocurrir cuando el bebé es un poco mayor y no se alimenta con tanta frecuencia de leche materna, por ejemplo, cuando comienza a comer alimentos sólidos. Para aliviar el dolor puedes aplicarte compresas frías en los pechos entre toma y toma e intentar amamantar con más frecuencia. Si ves que al bebé le cuesta vaciar el pecho, aplica una compresa tibia antes de amamantar. Puedes utilizar el sacaleches para aliviar la tensión del pecho, pero intenta no abusar o no conseguirás regular la producción de leche. 

Conducto de leche bloqueado

Si la congestión mamaria dura mucho tiempo, puede provocar un bloqueo en el conducto de leche. Si esto sucede, es posible que notes un dolor fuerte en un lado del pecho y lo notes duro y caliente. También puede aparecer un bulto pequeño y sensible en el seno.

La alimentación frecuente con el seno afectado puede ayudar. Si es posible, coloca a tu bebé con la barbilla apuntando hacia el bulto para que pueda alimentarse de esa parte del pecho y masajea la zona afectada des de arriba hacia la boca del bebé mientras lo haces. También puedes darte una ducha caliente y amamantar o utilizar el sacaleches justo al salir de la ducha. Es importante liberar el conducto lo antes posible para que no se desarrolle una mastitis. 

Mastitis o inflamación de la mama, uno de los problemas durante la lactancia más comunes

Sucede cuando un conducto de leche bloqueado no se alivia. Notarás el seno caliente y doloroso, y hasta puede que desarrolles síntomas parecidos a los de la gripe como fiebre, escalofríos y dolor corporal.

Si esto sucede, es importante continuar con la lactancia. Comenzar a amamantar con el pecho sensible puede ayudar. Pero si la situación no mejora en 12 o 24 horas, lo mejor es ponerse en contacto con el médico para que te dé el tratamiento adecuado. 

 

Amamantar requiere de mucha paciencia pues el estrés y los nervios solo dificultarán el proceso aún más. Es muy recomendable que cuentes con una buena asesora de lactancia o acudas a grupos de lactancia materna de tu zona para contar con la experiencia de otras mujeres en el proceso. 

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