Cesárea: mitos y realidades
Puesto que existen argumentos a favor y en contra de este tipo de cirugía, se han ido generando falsas creencias o mitos que conviene aclarar
Los avances en cirugía, la predisposición a que después de un parto por cesárea el siguiente también lo sea, los partos múltiples… son algunos de los motivos por los cuales se ha visto incrementada la tasa de cesáreas en los países más desarrollados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido que una tasa de cesáreas entorno al 15% de los nacimientos comporta la reducción de la mortalidad materna y neonatal. Aún así, esta cifra no contempla variables como, por ejemplo, el incremento de la edad materna o el aumento de los nacimientos múltiples en las sociedades desarrolladas, por lo que podría no ajustarse a la realidad de cada país. En España, por ejemplo, la tasa es actualmente superior.
Puesto que existen argumentos a favor y en contra de este tipo de cirugía, se han ido generando falsas creencias o mitos que conviene aclarar:
1. En una cesárea el bebé siempre nace bien.
FALSO. La cesárea no deja de ser una intervención quirúrgica; y, aunque es cierto que ha habido muchos avances, esto no significa que sea fácil. De hecho, durante la cirugía, tanto el bebé como la madre están expuestos a los riesgos que la operación conlleva: lesiones con el bisturí, riesgo de hemorragia cerebral o incluso problemas respiratorios en el feto, entre otros.
2. Los bebés nacidos por cesárea tienen peor salud.
FALSO. Los bebés nacidos por cesárea no tienen peor salud por el simple hecho de haber nacido mediante cesárea. Su salud es igual a la de cualquier niño nacido por parto vaginal, siendo en muchas ocasiones la cesárea el método que ha permitido salvarle la vida al bebé.
3. Una vez hecha una cesárea todos los embarazos deben ser por cesárea.
FALSO. Haber tenido una cesárea no es motivo para que los siguientes partos sean por cesárea. No obstante, sí que es cierto que después de haber pasado por una cesárea hay que tomar algunas precauciones puesto que el útero tiene ya una cicatriz y puede sufrir una rotura durante el parto.
4. La lactancia es peor en niños nacidos por cesárea.
FALSO. No es cierto que la lactancia sea peor por el tipo de parto que se realice sino por lo qué se hace con el bebé después del parto. Mientras que en el parto vaginal el bebé toma contacto piel con piel justo después de nacer, facilitando que haya un agarre inmediato, en el caso de la cesárea en muchas ocasiones suben el bebé a la habitación mientras la madre se recupera. Este espacio de tiempo, que puede ser de 2 o 3 horas- o incluso más- hace que el bebé este más cansado y le pueda costar más mamar. Aún así, cada vez son más los centros en los que la madre y el bebé pueden realizar piel con piel después de una cesárea.
5. La leche materna tarda más en subir después de una cesárea.
FALSO. La intervención quirúrgica no guarda ningún tipo de relación con la subida de la leche. Esta se produce por toda la serie de cambios hormonales que se dan al salir la placenta, algo que sucede indistintamente tanto en partos vaginales como por cesárea.
6. La cesárea es una operación sencilla que ahorra trabajo.
FALSO. La cesárea es una intervención quirúrgica. Pese a que ha ido mejorando su técnica con el paso del tiempo, tanto el bebé como la madre corren un riesgo 2 o 3 cveces mayor que en un parto vaginal. Además del riesgo que supone la propia intervención, comporta un postoperatio más largo y un mayor coste.
7. El parto vaginal daña de por vida el suelo de la pelvis.
FALSO. El suelo pélvico se daña en mayor o menor medida durante el parto, ya que la expulsión del bebé inevitablemente provoca estiramientos de las fibras musculares, fasciales y nerviosas del suelo pélvico de la mujer. Afortunadamente, gracias a los mecanismos protectores que se generan en el embarazo este daño es reversible y, aunque el debilitamiento es inevitable en el posparto inmediato, poco a poco vuelve a la normalidad. De todas formas el suelo pélvico de cada mujer es distinto y la recuperación no siempre será igual.
8. La madre puede optar por una cesárea siempre que quiera
La madre puede elegir qué parto quiere tener. Aún así, es importante que conozca todos los riesgos y beneficios del mismo y asuma la responsabilidad de su decisión. Cabe destacar que la cesárea es una cirugía que se utiliza en caso de que exista un riesgo o complicación. Por este motivo, el médico es quien recomendará esta opción a la madre en caso de necesidad. Asimismo, la libertad de elección entre una forma de parto o la otra depende también del tipo de hospital en el que vaya a ser atendida: sanitad pública o privada. En la primera, la elección de la cesárea por parte de la madre solo es posible siempre y cuando ya haya tenido un parto por cesárea previo.
9. Hoy en día casi todos los partos son por cesárea.
FALSO. Hoy en día, el parto vaginal sigue siendo el más común. La OMS recomienda una tasa del 15% de partos por cesárea y solo en casos que realmente se requiera.
10. Si el bebé viene de nalgas se necesita una cesárea.
FALSO. Que el bebé venga de nalgas no significa que el parto tenga que ser por cesárea. Es posible darle la vuelta al bebé e incluso puede darse el caso que el bebé nazca de nalgas por vía vaginal.
11. El uso de la epidural aumenta las posibilidades de tener una cesárea.
FALSO. El uso de la epidural no aumenta las posibilidades de tener una cesárea. De hecho la epidural aumenta las posibilidades de éxito del parto vaginal después de un parto por cesárea.
12. Dar a luz por cesárea evita dolor a la madre.
FALSO. Es cierto que dar a luz por cesárea evita el dolor inmediato de la madre, lógicamente se aplica anestesia en el momento de la intervención, pero la recuperación de una cesárea suele ser más larga. La madre puede sentir dolores incluso semanas después del parto.